miércoles, 13 de marzo de 2013

Una trampa para el ojo en la Casa de Gobierno.



El hall de entrada de la Casa de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires (calle 6 entre 51 y 53)  se encuentra rematado por una gran escalera ¨a la imperial¨, en su primer descanso se encuentra la pintura denominada “Grupo alegórico Pro Patria” que puede verse desde la entrada al palacio.

Esta pintura adquiere su relevancia del tanto por su ubicación central como por su contenido simbólico.  Resuelta monocromáticamente con modelado de luces y sombras, simulando la ilusión de un grupo escultórico.

La resolución propuesta responde a lo que se conoce en las artes visuales como “trampantojo”.

Trampantojo es una técnica pictórica que intenta engañar la vista jugando con la perspectiva y otros efectos ópticos. Los trampantojos suelen ser pinturas murales de acentuado realismo diseñadas con una perspectiva tal que, contempladas desde un determinado punto de vista, hacen creer al espectador que el fondo se proyecta más allá del muro o que las figuras sobresalen de él.

Un ejemplo notable de trampaojo es el realizado por Borromini en la Galería Spada.



En el “Grupo alegórico Pro Patria” de la Casa de Gobierno la solución monocromática acentúa la ilusión de una escultura realizada en piedra o cemento.

Los elementos compositivos de la obra  son:

Una figura de una mujer con gorro frigio  representando a la Patria. En su mano izquierda porta un escudo que en su frente tiene la imagen de dos manos tomadas, con el gorro frigio en el centro, en señal de fraternidad y libertad. En su mano derecha blande una espada en actitud de guardia o de protección, velando por las tres figuras que se encuentran  a sus pies.  
Las tres figuras representan una familia:
Un hombre con el torso desnudo dirige la mirada a la Patria y descansa con su espada apoyada en el  suelo, representando el reposo de los ejércitos luego de alcanzar la victoria.
La  mujer, también sentada, sostiene en su regazo las fasces o haces del lictor,  consistente en un hacha rodeada de varas atadas que simbolizaban la unidad y la autoridad.
El niño, en el centro, alza una hoja de palma y representa la esperanza  en el porvenir.
Cabe destacar que las cuatro figuras del conjunto están vestidas a la usanza romana.

Esta pintura es obra de Augusto Ballerini y su propósito principal fue observar la defensa de los valores tradicionales y las instituciones afianzadas a partir de la pacificación del territorio nacional, de la cual la fundación de La Plata era una de sus consecuencias.



Augusto Ballerini nació en Rosario en 1857. Estudió pintura con Antonio Gazano, Eduardo Chartón y Francisco Romero. Con ayuda privada y del gobierno de la provincia de Buenos Aires continuó su formación en Italia, en el Instituto Real de Bellas Artes de Roma y en el taller del pintor Cesar Maccari.

Durante sus años en Europa envió numerosas obras que tuvieron gran aceptación entre el público porteño y a su regreso pintó motivos nacionales. Sus escasos recursos económicos lo llevaron a realizar otro  tipo de actividades además de la producción artística, como la enseñanza particular y colaboraciones  como ilustrador.

Fue un activo representante de la cultura porteña, participó de la Sociedad Estímulo  de Bellas Artes de Buenos Aires como miembro honorario.

Integró junto con Ernesto de la Cárcova y Ángel Della Valle el grupo fundador de La Colmena.

Formado con principios académicos y clásicos, su producción fue amplia y variada, realizó obras decorativas, composiciones simbólicas, cuadros históricos y religiosos, retratos y paisajes.

Augusto Ballerini murió en Buenos Aires en 1897

jueves, 7 de marzo de 2013

La Plata en la Red: Un menú de lujo para la fundación de La Plata

Son innumerables las menciones de nuestra ciudad en a web. Desde distintas ópticas se abordan temas referidos a la historia y a la vida social, pasada y presente de los platenses.

Hoy les acerco una entrada de un interesante blog de arqueología gastronómica:


Comidas, bebidas y tabaco en la Argentina de los siglos XIX y XX
http://consumosdelayer.blogspot.com.ar

Miércoles 16 Noviembre de 2011




Un menú de lujo para la fundación de La Plata

Los acontecimientos políticos y militares de Julio de 1880 concluyeron con la derrota por las armas del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Carlos Tejedor, a manos del flamante presidente electo Julio A. Roca. El estado provincial se quedaba entonces sin su capital histórica, la ciudad de Buenos Aires, que fue federalizada por ley del 20 de Septiembre del mismo año. Finalmente, en Mayo de 1881, el nuevo gobernador democrático Dardo Rocha y su gabinte se abocaron a la tarea de emplazar una nueva ciudad capital. Luego de estudiar varias propuestas (que incluían la posibilidad de utilizar para ese fin ciudades ya existentes, como Azul, Mercedes o San Nicolás), la balanza terminó inclinada hacia la construcción de una nueva metrópolis, desde sus cimientos, en un paraje totalmente agreste, situado a 60 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, en la antigua comarca de los "Altos de la Ensenada" y muy cerca de la pequeña localidad de Tolosa, fundada en 1872.
La monumental obra comenzó con un acto celebratorio de la colocación de la piedra fudamental, llevado a cabo el 19 de Noviembre de 1882. Para ello fueron invitados altos funcionarios nacionales y provinciales, los ingenieros responsables de las incipientes obras, la prensa  y el pueblo en general, que llegó al lugar en un ramal ferroviario tendido de apuro entre Ensenada y Tolosa. Desde allí, carruajes para los más importantes y caminata para el resto. Las fotos de ese día muestran a la concurrencia arribando al lugar de los actos por senderos marcados con banderas, ya que las calles aún no habían sido trazadas.


Para la masa de público "raso" (alrededor de 3000 personas) estaba pensado un gigantesco asado al aire libre que se arruinó por causa del calor, y hubo que recurrir a "fiambres y dulces" para aplacar la ansiedad de los hambrientos asistentes. Muy distinta suerte tuvieron los invitados especiales (unos 200), que fueron atendidos y servidos dentro de un pabellón especial construido para la ocasión en lo que hoy es la Plaza San Martín. Allí pudieron disfrutar de un menú al más puro estilo francés que incluía todo tipo de platos fríos y calientes, postres, helados y café, amén de los vinos y licores servidos en cada paso, cuya nomenclatura impresiona por su jerarquía. Es posible hallar numerosas fotos del pabellón de marras en su parte externa y de los festejos de ese día en general, pero la única imagen existente del selecto almuerzo (posiblemente las fotos de interiores amplios resultaban muy difíciles de sacar en ese entonces) es tan difusa como interesante.



Aun se conserva en el mueso Dardo Rocha de La Plata un original del formidable menú en cuestión. La copia en manos de quien suscribe está obtenida de un libro de historia y no es muy clara, por lo que a continuación paso a transcribirlo haciendo las debidas salvedades cuando alguna parte del texto (que además está en francés, idioma que domino muy rudimentariamente) no es legible. Las partes en negrita, imprenta (para los vinos) y cursiva, así  como la disposición de las diferentes columnas y renglones, respetan el original. (1)

MENU

Hors d´ xxxxx (ilegible) assortis
Potages
Moe Tortue , xxxxxx (ilegible) au vin - JEREZ 
Retevé
Poularde a la anglaise - CHATEAU LAFITTE (2)
Poissons
Filet de Pescarey a la tártare - CHATEAU D´YQUEM
Entrées
Bouchées d´huitres
Cotelettes d´agneau Vileroy aux petit pois
Filets de Boeuf sauce madera - BOURGOGNE
Mayonaise d´xxxxx (ilegible)
Porch a la Romaine
Froids
Gelatine truffée a la gelée
Rotis
Dinde et jambon de York - CHAMPAGNE: V. CLICOT (3), L. ROEDERER
Legumes
Artichauts Barigoule
Entremets
Pudding de gabinet, Charlottes Russes
Gelees
Marasquin, Fraises - OPORTO
Desserts assortis
Frutis, Fromage frappé de creme a la vainille
Café, Chartreuse, Cognac

Ahora bien, cabe preguntarse, ¿cómo hizo el equipo de cocina para arreglárselas con cuestiones como el calor, el transporte y la falta de agua corriente, entre otras? Casi 130 años después todavía nos impacta la variedad de platos complejos servidos durante un banquete para 200 personas, nada menos que en un lugar que puede perfectamente definirse como "el medio del campo", puesto que lo era en ese momento, tal como lo demuestran las fotos del evento. Más impactante resulta la lista de vinos y bebidas servidos, con la presencia de algunas marcas francesas mitológicas.



Los interrogantes siguen surgiendo sin cesar, pero sería muy largo ponerse a analizar cada uno. A modo de ejemplo: ¿serian cocineros franceses los responsables del menú? Esto es muy probable. ¿Serían esos platos fieles a las recetas tradicionales galas? Esto es menos probale, dada la segura presencia de ingredientes vernáculos (dudo mucho que trajeran el pescado y la carne desde Francia) y la aparente invención de neologismos como "pescarey" (la tipografía es perfectamente clara allí), palabra que no existe en el idioma original y que habrá sido creada para definir de modo "afrancesado" algo que probablemente fuera pejerrey. También causa sorpresa la sopa de tortuga, un plato realmente exótico en nuestros tiempos, pero quizás no en la década de 1880.
En fin, lo lindo es poder repasar estas curiosidades poco conocidas de momentos tan trascendentes de la historia argentina.

Notas:

(1) Con mis limitaciones, la traducción aproximada sería la siguiente. Sopas: tortuga tiernizada al vino. "Retevé" (?): gallina a la inglesa. Pescados: filet de pejerrey a la tártara. Entradas: bocados de ostras, chuletas de cordero con guisantes, bife de buey a la salsa de Madeira, mayonesa, puerco a la romana. Fríos: gelatina "salpicada" de mermelada. Asado: pavo y jamón de York. Verduras: alcauciles Barigoule. Postres: budín, charlottes rusos. Helados: marrasquino, fresas. Postres surtidos: frutas, queso frio de crema a la vainilla (¿tal vez una especie de cheesecake?). Café, Chartreuse (licor), Cognac.



(2) Textual con error, es Chateau Lafite
(3) Textual con error, es Veuve Clicquot            


Fuente: http://consumosdelayer.blogspot.com.ar/2011/11/un-menu-de-lujo-para-la-fundacion-de-la.html

sábado, 29 de diciembre de 2012

22 de junio de 1918. La nevada que hizo nacer el tango "Que noche" de Agustín Bardi

La plaza San Martín nevada

El sábado 22 de junio de 1918, por la noche, una intensa nevada comenzó a caer sobre La Plata y alrededores. En el Bosque llegaron a acumularse hasta 70 u 80 centímetros de nieve.
Un cronista del diario El día señalaba, en relación con el domingo a la mañana que:
"hasta se animaron en alguna calle jóvenes y niñas, a plagiar las batallas de nieve que habían hecho reír en los biógrafos. Se improvisaron artistas en muchos hogares".


"Bajo un viento sur arrachado -agregaba la crónica-, la nieve arremolinaba en turbiones en las calles y plazas. En la San Martín, por ejemplo, y en el inmenso descampado de la Moreno, los viandantes se hundían hasta la cintura. Las construcciones de la Catedral habían tomado el aspecto de una decoración fantasmagórica”


'Las construcciones de la Catedral habían tomado el aspecto de una decoración fantasmagórica”
 
Por la tarde del 28 de junio el Hipódromo desarrolló su reunión hípica habitual. A ella concurrió, como lo hacía con regular asiduidad, el pianista Agustín Bardi, "El Chino", y sus amigos Francisco Castello y Pedro Fiorito.
Agustín Bardi

Terminada la reunión se demoraron cenando en una parrilla cercana. Al finalizar emprendieron el viaje de regreso a Buenos Aires en el Ford a Bigote de Fiorito.
Saliendo de la ciudad, en el viejo camino Centenario llegando al Arco de Pereyra, el automóvil se descompuso y los tres pasajeros quedaron varados ante la imposibilidad de conseguir un taller mecánico a esas horas que los socorriera.
Para colmo de los males, al rato empezaron a caer los primeros copos de nieve. De modo que aquellos viajeros deberían estar entre deslumbrados por el inusitado espectáculo y, a la vez, molestos por el frío y el automóvil que no mostraba la mínima voluntad por volver a arrancar.
Bardi pudo haber experimentado cualquiera de las dos sensaciones o acaso ninguna, ya que estaba completamente abstraído, tarareando las notas de un tango que se le acababa de ocurrir.
La inspiración suele llegar cuando se le antoja y, a veces, no en el momento más propicio para crear una obra de arte. Pero así son las cosas.
La segunda parte de la historia ocurrió ya superado -no sabemos cómo, pero de alguna manera-, el inconveniente.
Agustín Bardi se encuentra, poco tiempo después, con su amigo y colega Eduardo Arolas, en el café T.V.O. del barrio de Barracas. Allí le narró lo ocurrido durante la nevada camino a la Capital, sin excluir el detalle del nuevo tango que se le había ocurrido y que aún no le había encontrado título.
Ni lerdo ni perezoso, “el tigre del bandoneón”, Arolas lo halló y resultó sumamente apropiado:
«Ponele "¡Qué noche!", Chino.»





"Que Noche" de Agustín Bardi por la Orquesta Típica Criolla

viernes, 21 de diciembre de 2012

Talleres Ferroviarios de Tolosa. Cuna de la primera locomotora a vapor argentina

Locomotora a vapor Argentina
Fabricada en los Talleres Ferroviarios de Tolos
Livio Dante Porta nació en Paraná el 21 de Marzo de 1922. Su nombre no pasa inadvertido para quienes conocen sobre ferrocarriles ya que a él se deben numerosas contribuciones al diseño de locomotoras de vapor más eficientes, y es considerado un pionero del renacimiento del vapor como alternativa viable y eficiente de tracción ferroviaria.
Realizó sus primeros estudios  en el Colegio Salesiano de Rosario y siguió la carrera de Ingeniería en la Universidad Nacional del Litoral de Rosario, graduándose en el año 1946 a los 24 años de edad. Hacia 1950, junto a su esposa Ana María Bosco se afincó en Tolosa. Allí materializó las ideas que había empezado a gestar en su época de estudiante universitario.
Livio Dante Porta
A fines de la década de los años 40, en el auge de la privatización de los ferrocarriles, un grupo de destacados profesionales, técnicos y obreros especializados comenzaron a gestar la construcción de la primera locomotora a vapor argentina. El grupo estaba dirigido por el ingeniero Porta y el lugar donde comenzaron las tareas fue Rosario, en la provincia de Santa Fe. Promediando los años 50, las tareas siguieron en los talleres de 56 y 137 y terminó por ser fabricada en los talleres de Tolosa. La máquina estaba dotada con elementos técnicos de avanzada, su puesta en marcha originó una revolución en el mundo ferroviario.  
Dibujo a mano alzada de Porta para el proyecto de la Argentina
El emprendimiento dio lugar a la creación de una fábrica de locomotoras en los talleres de 3 y 526. A la fábrica se le asignaron tres grandes galpones semi destruidos. El primero de ellos estaba en 3 y 526, destinado a la planta técnica y administrativa, otro lindero a la escuela Vucetich y el tercero en la Estación Tolosa, donde funcionaban los almacenes. El ingreso a las dependencias era por 1 y 528 y por 3 y 526. Se construyó una sala de maquinado, incorporándose equipos de última generación de la época, importados de países europeos.
Un empleado de la época recuerda:
“Allí comenzaron a diseñarse los planos para la construcción de las locomotoras. Mientras tanto, la actividad principal consistió en adaptar o remodelar el sistema de tiraje de las locomotoras del Roca, fundamentalmente en la línea 34. Esto consistía en aplicar un invento diseñado por el ingeniero Porta, que posibilitaba la utilización del carbón de Río Turbio con enormes economías. Muchos estudiantes de la época hicieron sus primeras armas en esta organización y aprendieron tareas relacionadas con contabilidad, costos, inventario, tesorería que le sirvieron luego para su gestión profesional”. (1)
La empresa llegó a contar con más de 150 personas, viviendo la mayoría en Tolosa y Ringuelet y el punto de encuentro para almorzar fue la famosa esquina sin ochava de 1 y 528.
La fábrica terminó de funcionar en  1958, cuando la intervención del gobierno de la época desmanteló las instalaciones y distribuyó su contenido a talleres ferroviarios y destinos inciertos
Video de 1949 donde se observa el paso de la locomotora Argentina
por el cruce de Etcheverry


Locomotora a vapor Argentina abandonada en la estación Mate de Luna San Miguel de Tucuman

Otras imágenes


El Ing, Porta brindando una charla sobre su pasión: los ferrocarriles





(1) Testimonio del Sr. Bifaretti antiguo empleado de la empresa recogido por el diario El Día de La Plata.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Monumento a Bartolomé Mitre


En la intersección de las avenidas Iraola y Centenario, en el Paseo del Bosque, se levanta el monumento al general Bartolomé Mitre.

Fue inaugurado el 19 de Noviembre de 1942, como parte de los festejos de un nuevo aniversario de la fundación de nuestra ciudad. La construcción llevaba algunos años. Su piedra fundamental fue colocada el 23 de septiembre de 1937 por el entonces ministro de gobierno Roberto Jorge Noble. En la ceremonia llevada a cabo al pie del futuro monumento dijo:

"La humanidad escogió para honrar los fastos del pasado y las virtudes de sus héroes, el lenguaje mudo pero imponente de la estatua. Traduciendo en piedra indeleble el sentimiento de su veneración, pocas veces fue mejor empleada esta forma de homenaje público como en el caso de la personalidad consular de don Bartolomé Mitre".
 
El monumento concebido por el artista plástico Alfredo Bigatti consta de un gran cuerpo central vertical de carácter arquitectónico en cuyas cuatro caras se presentan esculturas.

Alfredo Bigatti nació en Buenos Aires en 1898. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Buenos Aires, donde fue profesor a partir de 1918, y viajó por varios países de Europa (España, Gran Bretaña, Bélgica, Grecia, Holanda y Francia) entre los años 1924 y 1928.

Alfredo Bigatti

Como docente se desempeño en la Escuela Industrial de la Nación Otto Krause y en la Escuela de Artes Decorativas de 1932 a 1952.

Fuertemente influido por Bourdelle, pero también abierto a las innovaciones de las vanguardias, Bigatti abrió, sin recurrir a rupturas arbitrarias, el camino de la modernidad en la escultura argentina.

Perteneció a la Academia Nacional Argentina de Bellas Letras, presidió la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos y fue Vicepresidente de la Sociedad de Acuarelistas, Pastelistas y Grabadores. Obtuvo el Gran Premio Nacional de 1935, el Gran Premio de la Expo de París de 1937, y una medalla en la Exposición Universal de Bruselas.

Bigatti tenía una concepción arquitectónica y monumental de la escultura. Fue el más destacado monumentalista argentino de su generación, autor de numerosas obras en las que se rescatan hechos y figuras de la historia nacional. Además de  Monumento a Bartolomé Mitre son obra de su inspiración los monumentos a Roca y la conquista del desierto (Neuquén) y el Monumento Nacional a la Bandera (Rosario), éste en colaboración con José Fioravanti.

Alfredo Bigatti, falleció en la ciudad de Buenos Aires en el año 1964.

Fiel a su concepción estética el monumento a Mitre se concibió con el criterio de que "prevaleciera lo arquitectónico como masa en el espacio" buscando que "los grupos escultóricos formen un bloque único con la arquitectura" y por esta razón "en el concepto plástico de los grupos escultóricos prevaleció siempre la forma concebida a grandes planos".

En relación a su emplazamiento, el cruce de las dos avenidas permiten  dar interés a los cuatro puntos de vista que presenta el monumento, en el cual de distribuyen los temas en los cuatro frentes, manteniendo el frente principal de cara a la ciudad donde está representado Bartolomé Mitre.



En la parte superior del cuerpo del monumento, se observa la personificación femenina de la Provincia, representada en bajorrelieve, porta el laurel. En las otras caras se personifican las facetas de la actividad pública de Mitre: el legislador, con las tablas de la ley, el militar, con la espada en una mano, el historiador, con Clío, la musa de la Historia que lo inspira, y el poeta con la lira; y en la tercera el conductor del pueblo, ejemplificado por una familia de trabajadores.


Clio, la musa griega de la Historia

Las figuras de bronce fueron realizadas por la conocida empresa  "Radaelli y Gemelli". En esta fundición que funcionaba en las calles Juncal y José Uriburu de la ciudad de Buenos Aires se realizaron importantes esculturas de nuestro país y de países vecinos.

Dos viejas postales del Monumento a Bartolomé Mitre